martes, febrero 06, 2018

¡Entrevista a Sharon Haywood directora de la ONG AnyBody Argentina!

(Foto cortesía de Gustavo Castaing)

La situación de la patología alimentaria en Argentina no solo es cruda, sino también la punta del iceberg de un problema sistémico muy complejo que tiene como base entre muchas cuestiones la falta de igualdad de género y educación en derechos de las personas, sobre todo de las mujeres. Esto ha quedado muy gráfico en Abzurdah

 la última película protagonizada por la China Suarez en donde se muestra una historia real de una mujer que paso por estos trastornos en la etapa en la que es mas frecuente que aparezcan: la adolescencia. La película muestra claramente como la enfermedad es la punta del iceberg de estos problemas vinculados al imaginario colectivo de lo que se espera de una mujer. Muestra también las características propias del perfil psicológico mas propenso a estas enfermedades: "no soy normal", "soy una princesita"; son algunas de las frases que mas menciona el libreto de la protagonista, que cae sin querer en las manos de un hombre egocentrista que con sus habilidades seductoras desarrolladas por ser 10 años mayor de edad, la quiere "hacer SU mujer" teniendo relaciones intimas. Y subrayo SU porque esa frase deja en claro el paternalismo del protagonista y la apropiación como si fuera SU Objeto, característica de una cultura machista que todavía rige en la Argentina y en países del resto del mundo, sobre todo en Latinoamérica.   La película también denota que el 50% de las mujeres prefiere ser pisada por un camión a ser gorda y remata con la frase "todos estuvimos alguna vez abrsurdamente enamorados". Pero más allá de esto se ven claramente las características de un vínculo disfuncional con el sexo opuesto, donde su rol en la relación queda reducido a una mujer objeto y como esto la va llevando a conductas autoagresivas.
En países donde los derechos humanos se cumplen solo para un sector de la sociedad en función del poder económico detentado por la persona que puede ser víctima o victimaria de un posible abuso a los derechos humanos o una situación de vulnerabilidad social como puede ser una enfermedad no diagnosticada y tratada a tiempo se hace muy difícil sostener un cambio cultural hacia la sustentabilidad. ¿ Porque digo esto? Porque no es muy difícil darse cuenta la cantidad de anuncios publicitarios que vemos en las calles o en los carteles de la calle Corrientes, en Mar del Plata o Punta del Este con mujeres vistiendo prácticamente nada en posiciones sexualmente insinuantes junto a  hombres generalmente entre 10 y 20 años mayores en edad o al revés. Nos guste o no, la mujer objeto mueve sumas siderales de dinero en Argentina y en el resto del mundo solo para un sector de la economía que es informal, pero resulta llamativo que Argentina haya sido el país número 2 en los rankings luego de Japón que esté sufriendo este problema. Llama la atención que el primer local de Barbie se haya traído a la Argentina, lo que no es un hecho casual, teniendo en cuenta la accesibilidad de las mujeres a las operaciones mamarias, quienes en muchos casos deciden hacerse esta operación aún ganando un sueldo mínimo, porque las obras sociales cubren estos implantes. Lo mismo sucede con niñas que cumplen 15 años y deciden cambiar su fiesta por una operación, lo que implica un riesgo mayor en un país donde existe trata de blancas y desaparición de mujeres sin un departamento estatal que se ocupe de estos temas. Baste mencionar el caso de Maria Cash.
Carteles publicitarios en las tiendas con mujeres por debajo del Índice de Masa Corporal, un índice de hecho criticado por la ONG AnyBody, son naturalizados. Lo mismo sucede con los manequis huesudos que vemos en las tiendas.
Las consecuencias de la cultura visual que vivimos en Argentina van muchísimo más allá: según la página http://buenosaires.endangeredbodies.org/informate de Endangered Bodies , más del  90% de las mujeres que viven en Argentina conoce a alguien que hace dieta o ha estado a dieta por sí misma, sin controles médicos nutricionales.
Por muchos años ser delgada significó poder acceder a un puesto de trabajo o  pertenecer, no serlo podía ser motivo de discriminación. Tener buen físico también podía significar ser mujer objeto, sin valores, y por tanto ser disminuida a la más mínima expresión con insinuaciones en un trabajo en el que, si se da una señal contraria a la que se espera de una persona del sexo opuesto, puede ser motivo de no ascenso o pérdida del puesto.
Es tan variado el panorama de situaciones a las que se enfrenta la mujer en el mundo laboral en un país donde las leyes y menos aún los derechos humanos se cumplen, que resulta difícil generalizar.
La pregunta que nos deberíamos hacer es ¿Cómo podríamos evolucionar hacia un modelo corporal mas sano para las mujeres? ¿ Qué rol tienen los diferentes actores del sistema? ¿como  podrían industrias que mueven millones de dólares al año, tales como la industria química, la médica, la publicitaria, la de los medios de comunicación, la textil y la industria de la moda contribuir a un cambio de paradigma en lo que prime no sea el dinero que se hace utilizando a la mujer como objeto?, ¿Como podríamos nosotros como consumidores promover este cambio hacia la sustentabilidad que tanto buscamos para ayudar a rediseñar nuestra economía de manera de poner en el centro al Ser Humano donde todos seamos los beneficiados?
De lo que Sharon  Haywood y yo si estamos seguras es que Argentina necesita ayuda en estos temas.

Tuve el placer de conocer a Sharon el año pasado, escritora y editora canadiense que estudió psicología y actualmente está haciendo un master en Health Psychology en Aston University (Birmingham, Reino Unido).  Activista en temas vinculados a la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres a través de AnyBody, (una ONG británica que sentó su base de operaciones en 8 países distintos entre los que se encuentra Buenos Aires), esta ONG no sólo se dedica a ayudar a un cambio cultural hacia la sustentabilidad, sino también a cuidar que la ley de talles se cumpla en Argentina. Según menciona el  video
Endangered Species LONDON - Sharon Haywood from Elena Rossini on Vimeo.

el resultado de las encuestas de AnyBody da que aproximadamente el 70% de las mujeres en Argentina lucha por encontrar prendas de moda de su talla. La mayoría de las tiendas tiene talles hasta el 42, pero estos son generalmente más cercanos al 38. En 2011, la falta de prendas de moda para la talla promedio de la mujer argentina, incluyendo a las adolescentes, ha sido un problema que ha persistido por años, lo que sumado a la alta tasa de desórdenes alimenticios llevo a la sanción de la ley de talles. En el 2007 la provincia de Buenos Aires reglamentó que los locales lleven talles del 38 al 48 y en el 2008, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dictó una ley similar, pero expandió su rango de talles para incluir el talle 36 al 50. A pesar de estas leyes bien intencionadas, los adolescentes y las mujeres escuchan frecuentemente: "no tenemos talla para vos", o " no nos importa tu talle". La estimación del cumplimiento de la ley de talles de AnyBody en el 2011 fue del 25%.

Hay varias razones que hacen que la ley no se cumpla, entre las cuales estan:
  1. Los fabricantes y los intermediarios dicen que no tienen dinero para producir y distribuir las tallas de ropa. Los defensores de los derechos del consumidor favorecen a los fabricantes y a los comerciantes, pero no a los consumidores.
  2. Las consecuencias de no cumplir con la ley están lejos del cierre de locales, dado que los inspectores corruptos son la norma en Buenos Aires. Esto en términos de sustentabilidad tiene que ver con la falta de transparencia en la cadena de valor, motivo por el cual se hace necesaria una debida diligencia en Argentina, yendo más allá de lo legal y haciendo hincapié en que las multinacionales utilicen su poder social para operar subiendo sus estándares y educando a sus proveedores para que esto suceda. El Estado también tiene su parte, dado que podría incentivar económicamente a las marcas que cumplan con estos estándares mínimos de la ley.
  3. En Argentina, para estar a la moda hay que estar delgada.

Los líderes y las publicidades de mujeres en tapas de revistas junto a personajes del espectáculo no ayudan. Tener una mirada punitiva no es un punto de apalancamiento para el cambio hacia la sustentabilidad en Argentina, por lo que es recomendable comenzar con una estrategia más positiva haciendo alianzas, enviando cartas de felicitación a los locales que cumplen con la ley, proveyendo un sticker que denote que "apoyan y son amigas de  las mujeres" por llevar todas las tallas. Invitan a las marcas en alianza con ellos para indicar que reconocen su cumplimiento. AnyBody publicita las campañas de los locales en su sitio web y a través de redes sociales y últimamente las están invitando a participar en la resolución de problemas.  Existen 30 marcas locales que trabajan con Anybody oficialmente reconocidas en su sitio http://noeselunicotalle.org/directorio-empresas-emprendimientos/ Entre las marcas nacionales que trabajan con AnyBody estos temas se encuentran Portofem, Taverniti, Kevingston, Etam, Ted Bodin, Yagmour y Tex. Sin embargo, es bueno saber que cumplen parcialmente con la ley. Todavía tienen que encontrar que un local cumpla con la ley completamente.

Los invito a leer la entrevista realizada a Sharon, directora de la ONG AnyBody Argentina y del movimiento " Endangered Bodies" en Argentina:

MFS: ¿A qué edad comenzaste a escribir?

Sharon: bueno en realidad no lo recuerdo bien, pero creo que fue en la universidad alrededor de los 20 años. En esos años hice un curso de escritura creativa y tuve un profesor que me incentivó mucho a eso. Llegue a escribir varios cuentos basados en mi vida real sobre trastornos alimentarios y violencia hacia la mujer. En ese momento no me identifique como feminista, pero en el caso del libro “Fifty Shades of feminism”, donde habían mujeres feministas como Margaret Atwood, Jeanette Winterson, Susie Orbach, contribuyeron a un ensayo sobre feminismo, mi ensayo se trató de como llegue a reconocerme como feminista. Hoy en día teniendo 49 años, recuerdo que cuando tenía 20 decía “no, no, no soy feminista”, pero actuaba como feminista, tenía valores de feminismo, así que eso es lo que se publicó en el 2013. 
Hace poquito estuvo Margaret Atwood aquí, una autora feminista increíble. Luego de unos años comencé mi carrera de trabajadora social hasta que llegue aquí a Buenos Aires hace 13 años, y comencé a dedicarme a escribir y ser activista. 
En el 2004 comencé un viaje, iba a estudiar castellano y termine quedándome, y después de varios años en 2011 lance Endangered Bodies. En 2009 conocí a Susie Orbach online, a través de AnyBody en Londres y comencé a ser activista voluntaria desde Buenos Aires, ayudando al equipo en Londres y desde ahí poco a poco conocí al equipo, conocí a Susie y ella y todo el equipo de allí me animaron a armar una sede de AnyBody aquí en Buenos Aires, así que con el apoyo de mis hermanas allí, realice el trabajo que tengo hoy en día. Para mí eso fue clave, porque siempre hablo de la comunidad y cuando uno está intentado generar un cambio cultural, no puedes hacerlo sola, y es muy importante tener grupos de apoyo, tener una comunidad que te entienda y no me di cuenta que la estaba buscando hasta que encontré una, porque estando aquí en Buenos Aires tengo amigos argentinos y extranjeros, pero estaba buscando un propósito que encontré en mi trabajo de AnyBody y Endangered Bodies.

MFS ¿Cómo fue? ¿Fue de golpe?

Sharon: No, estaba buscando un lugar para mi primer ensayo sobre estos temas y encontré AnyBody y encontré www.adiosbarbie.com, donde llegue a ser editora por 5 años. Así que todo este camino comenzó por mi pasión por escribir y buscar un lugar para difundir mis ensayos.

MFS: Osea que empezó con la vocación que vos tenés de la escritura, que te fue llevando a ese camino que tiene que ver con tu propósito.

Sharon: Tal cual. Fue como que todo se unió y fue así, no me imaginaba que iba a estar adonde estoy hoy, pero la verdad es que estoy muy agradecida de haber conocido la gente que conocí. Mas allá de Susie, todas las mujeres que conocí son súper amigas mías en Londres y ahora tenemos muchas sedes en el mundo así que es muy lindo tener gente que entiende estos temas, que están luchando desde su propio lugar, diferentes países, pero conectadas por el mismo propósito.

MFS: si, así no te sentís tan sola en el mundo con este tema. 

Sharon: tal cual, porque cuando estás tratando de generar un cambio cultural obviamente vas a enfrentar resistencias, trabas y obstáculos.

MFS: En el 2011 presentaste un video en Londres donde mencionas que Argentina era nro.2 en el ranking mundial de patología alimentaria ¿qué pensas de la situación de la patología alimentaria en Argentina?

Sharon: no tenemos datos muy claros sobre la incidencia de trastornos alimenticios, pero sabemos que es una incidencia bastante alta.  Sabemos también que la incidencia de trastornos alimenticios ha crecido en todo el mundo, no solo aquí en Buenos Aires, pero siempre digo que la diferencia de lo que veo en Argentina respecto a otros países es la gordofobia y el mandato social de ser delgada dentro de la industria de la moda. No hay talles para gente que no es flaca o es muy difícil encontrar ropa. Para mi es una capa extra de presión que enfrentas en algo tan concreto y tan personal que afecta a la persona... Es una diferencia que ves en los avisos y los afiches de las mujeres flacas y cosificadas, nos afectan. Hay estudios que dicen que sí tiene un efecto en la imagen corporal y la autoestima de las mujeres y las niñas. Eso es algo como más pasivo, como consumo pasivo de lo que vemos, pero cuando uno está entrando a una tienda y necesita o quiere comprar ropa y no puede encontrarla, se siente como un ataque personal.

MFS: Y baja autoestima, contribuye a la baja autoestima en cuanto a pensar “no estoy adaptada a este sistema, hay algo que en mí no está bien” . 

Sharon: si la gordofobia es fuerte, no solo hacia la gente que es gorda, sino hacia las personas con cuerpos promedios, así que para mí, esa presión afecta más que nada a toda la industria de la moda, pero especialmente a las mujeres que sabemos a través de los datos que coleccionamos con AnyBody que este problema las afecta principalmente, que esto contribuye mucho a esta epidemia que tenemos de trastornos alimenticios y la epidemia del odio corporal. Endangered Bodies existe, con 8 sedes en el mundo, porque todos están sufriendo en su cuerpo de una manera u otra, pero aquí yo siento las presiones más que lo que sentí en Canadá.

MFS: ¿porqué crees que aquí somos tan top en los rankings con respecto a esta epidemia? ¿Tiene que ver la pobreza ( de valores) ? 

Sharon: hay teorías que dicen que está conectado con el pasado, la historia que tiene Argentina después de la dictadura; hubo un foco en la industria de la belleza, de la cirugía cosmética, son cosas que leí, pero no creo que sean las únicas explicaciones. Era un camino para sentirse mejor, con sensación de más en control de la vida, para aumentar la economía. Hay muchas teorías, pero no sé porque aquí específicamente es así como podemos ver Chile y Uruguay que tuvieron dictaduras, pero el efecto fue menor que aquí.

MFS: bueno, tenemos la fama de ser las mujeres más lindas del mundo.

Sharon: si también, como en Venezuela, en Colombia, esa presión de ser tan lindas también es obviamente un factor.

MFS: ¿Vos crees que es importante y positivo que se sancione una ley que luche contra la patología alimentaria que sea parecida a la ley que existe hoy en Reino Unido que seguramente este homologando algunas características de allí?

Sharon: no sabemos cómo están implementando esa ley que salió hace poco en Londres. Apoyo cualquier iniciativa que aumente la conciencia de las imágenes que consumimos y los efectos que tienen esas imágenes. Siempre hay una línea fina entre la censura y las cosas que pueden hacer daño, pero a mí me gustaría ver más imágenes sanas, con más diversidad de cuerpos, viendo a la mujer no solo como un objeto sexual, sino como mucho más que una “cosa linda”, así que necesitamos más mensajes. Si esos mensajes siguen existiendo, no digo que este bien, pero si hay más mensajes en contra de ese mensaje o se envían otro tipo de mensajes sobre las habilidades de las mujeres sería mejor. Las mujeres somos mucho más que perchas de ropa,  no somos todas modelos posando para la cámara; eso va a ayudar a disminuir los efectos de tener miles y miles de imágenes de la mujer sexy, flaca como un objeto.

MFS: ¿Como ves que se esté trabajando el tema de la patología alimentaria en Argentina?

Sharon: Me costó encontrar lugares y profesionales con los que esté de acuerdo en su enfoque. Creo que hay varios lugares que hacen más daño que ayudar, pero hay un grupo como el GRETA con gente de la UBA con la Doctora Guillermina Rutsztein, que están haciendo un trabajo muy importante y valioso, en el que usan datos científicos que muestran la realidad. Porque hay muchas cosas que pueden hacer daño, aunque haya una buena intención y la Fundación La Casita tiene muy buena reputación. Como en todo hay bueno y malo. Por suerte encontré profesionales que respeto.

MFS: Supongo que harán alguna reunión con Endangered Bodies en algún otro país.

Sharon: no tenemos fondos, la mayoría de nosotras somos voluntarias, no trabajamos con fondo de becas, pero hasta ahora no teníamos una reunión desde el 2011 que lanzamos el movimiento y varios miembros nos juntamos en Londres. No tenemos planes en este momento. Nos estamos enfocando en la campaña internacional “cirugía no es un juego”.

MFS: Hace unos días el presidente Macri lanzo el G20 en Buenos Aires en el que hizo hincapié en el Objetivo de Desarrollo Sostenible nro. 5 “equidad de género” ¿Qué crees que es importante para el liderazgo de estos temas, como crees que podemos hacer las mujeres para apoyarnos mutuamente para que haya un cambio cultural en ese sentido?

Sharon: creo que el gobierno está haciendo una buena campaña con sus afiches en el subte contra la violencia de género y ese es un resultado de un activismo de cada uno. Eso salió de "ni una menos", un ejemplo de poder juntarnos y de insistir por un cambio y decir como es el cambio. Ese movimiento es mundial y nació en Argentina. El hecho que Macri esté hablando de igualdad de género implica un crecimiento respecto a unos años atrás, la gente entiende más la importancia de la responsabilidad del Estado por la salud y seguridad de todos sus ciudadanos y residentes en el país. Todos los cambios importantes en el mundo comenzaron con un activismo. 

MFS: ¿Como ves el activismo en Argentina?

Sharon: yo aquí lo veo bastante fuerte, “ni una menos” como dije, es un ejemplo excelente de no tener miedo de luchar por lo que necesitamos. Sin embargo, el activismo es mucho más que estar en la calle, es importante tener una visión, objetivos, planes, metas para el corto y el largo plazo, armar alianzas, hay muchas más cosas que pasan detrás de bambalinas que no se saben. Con AnyBody Argentina, parte de nuestro activismo es colaborar y apoyar marcas nacionales y locales como Tex hace dos años, en esta etapa sumamos a Kevingston. Mucha gente dice que está mal, que estamos trabajando con la gente que está generando los problemas, pero si no trabajamos en alianza vamos a llenarnos de enemigos y no vamos a generar cambios, sino subrayar la división. Además, el activismo puede tomar su propia forma, no es necesario formar tu propia ONG, podes hacerlo desde lo individual, cambiando la propia vida y juntarte en red con otra gente online; también tenemos en todo el mundo el movimiento body positive”. En 2011 cuando lance AnyBody Argentina no había contenido en castellano sobre estos temas, ahora las redes explotan y mucho viene de personas como vos y yo que estamos haciendo nuestro trabajo desde la computadora en casa y bueno todo suma.

AnyBody en Argentina
Más allá de velar por el cumplimiento de la ley de talles, AnyBody está enfocada también en la educación de adolescentes y mujeres argentinas en imagen corporal, autoestima y alfabetización mediática a través de presentaciones y workshops. Es importante saber que la alfabetización mediática es un concepto con el que los argentinos no nos encontramos familiarizados. 

Necesitamos un cambio
De manera de poder gestionar un cambio hacia la sustentabilidad, debemos comenzar por un liderazgo transformacional, lo que será difícil con una Argentina con mujeres ganando un 80% que lo que ganan los hombres por igual trabajo.
Cada vez que alguien me pregunta si odio a los hombres ( no ), o si soy lesbiana ( no ), me ha recordado aún más que los temas importantes para las mujeres no están teniendo la atención que merecen y que aún se encuentran poco representadas, que el número de abusos sexuales en el trabajo y en la universidad son asombrosamente altos en Argentina, dejando su dignidad en manos de otros, en vez de su conocimiento y capacidades naturales como seres humanos. Todavía hay un gran camino a recorrer hasta que las mujeres se consideren realmente iguales en Argentina.
Sería interesante dar a conocer como la política, la literatura, las teorías, la psicología y la sociología forman la manera en la que las mujeres son pensadas por el imaginario colectivo en Argentina.
Estas cuestiones me hacen preguntarme: ¿de qué manera el estereotipo de las mujeres influencia y limita la política, la literatura y la economía?, ¿cómo se compara mi sociedad argentina en el tratamiento de las mujeres respecto a otras sociedades como podría ser la británica o la americana?

Desde que he estado colaborando para la investigación de algunos estudios de género en Madrid para el libro escrito por Alicia Kaufman "Changing females identities, decisions and dilemmas in the workplace" publicado por Palgrave Mcmillan en Londres y por Lid con el nombre "Alta Dirección" en Madrid, me he dado cuenta que cubre tantos temas diferentes y que está vinculado a la Sustentabilidad pensar en ello, dado que contribuye al Objetivo de Desarrollo Sustentable Nro. 5.

Cómo me gustaría que pudiéramos adoptar una nueva perspectiva para ser usada en cada relación, en cada trabajo y en cada circunstancia, pero como en todo problema complejo no es solo una variable la que debe ser analizada. No se trata solo de un tema de mujeres, hay diferentes capas de identidad y exploración acerca de cómo opresiones como el racismo, el sexismo, la discriminación por discapacidad son comparables y se interrelacionan. Es interesante examinar cómo diferentes formas de identidad como la raza, la clase, el género, la sexualidad, intersectan e interactúan en múltiples niveles con la diversidad.
Desafiar estas opresiones que se intersectan y ubicar los problemas sistémicos que los crean es un deber para esta nueva era de la conciencia, y la innovación social podria ser una buena elección para afrontar estos desafios a través de herramientas de inteligencia colectiva.
Un fuerte sentimiento de compasión por los grupos oprimidos y en desventaja y la integración de ellos en procesos de innovación basados en el aprendizaje será necesario para poder rediseñar la economía de manera de crear un mundo más sostenible, dado que todos sabemos que la compasión es lo que lleva a la verdadera justicia.
Como agentes de cambio, estos estudios deberían ayudarnos en el proceso de llevar a la humanidad a un paso más cercano de una sociedad más equitativa y pacífica. Esto se hace necesario no solo por nosotras, sino por nuestras familias y las futuras generaciones de mujeres.  Explorar por qué las mujeres están subrepresentadas en la política o en trabajos de mayor nivel jerárquico y aprender como cambiarlo para esforzarse y tener una sociedad mas justa, mas equitativa y más vibrante se hace cada vez más importante.
Para ello se hace necesaria una evaluación social, biológica y política que nos arme con ideas y respuestas a preguntas sobre cómo interpretar nuestra cultura y "mi existencia dentro de ella"; como salir al mundo y hacer de él algo mucho mejor, más inclusivo y mucho mas lindo es algo que nos deberíamos empezar a preguntar.

El efecto de las maternidad de las mujeres en el mercado del trabajo
Como mencioné en mi artículo publicado para Compromiso Empresarial, las mujeres continúan siendo las principales responsables en el cuidado del hogar, mientras que hay pocas licencias por paternidad porque el mercado del trabajo no esta diseñado para compartir las responsabilidades del cuidado de los niños y se hace necesaria una transformación de posiciones y estructuras institucionales.
Cuando se segmenta horizontalmente ( tipos de tareas ) y verticalmente ( acceso a puestos de jerarquía) hay una sobrerrepresentación de mujeres en puestos de menor jerarquía.

Finalmente, hay agujeros en la protección social y menor cobertura de la seguridad social o seguro por desempleo. En Latinoamérica, cuando se colecciona la información sobre el tiempo total de empleo pagado y no pagado, las mujeres salen perdiendo. La proporción del tiempo que se dedica al empleo pagado es 45 horas o mas para los hombres y 35 horas o menos para las mujeres lo que no incentiva económicamente que la mujer trabaje, pero sí que en caso de tener un matrimonio, a que se quede en su casa cuidando a l@s niñ@s.
De acuerdo a Andrea Avila, CEO de Randstat en Argentina, "cuando se les pide a  los hombres irse temprano o cuidar sus licencias por paternidad para compartir el trabajo del hogar, no toman las licencias o no quieren estar en sus casas".
Los estereotipos de género abundan debido al cuestionamiento de su rendimiento, capacidades y son manifestados en el miedo de ser penalizadas cuando son madres. 
El trabajo realizado por las mujeres en sus hogares constituye un gran porcentaje del PBI,  sin embargo, no es remunerado; debería haber un cambio cultural de un mercado productivo a otro reproductivo en el cual el trabajo de las mujeres dentro y fuera de la casa sea valuado. Los negocios y el Estado deben rediseñar el mercado laboral y elevar más debates legislativos en temas como aumento de licencias por paternidad, dado que los países con mas elevada productividad son los que tienen las mejores medidas de conciliación.
Asimismo, hay una segregación horizontal  ( por tipo de tareas ), de salarios por género y es importante publicar noticias en reclutamiento y selección, mencionando solamente las competencias requeridas para la posición.
Dos años atrás por ejemplo, Carrefour llevó a cabo una investigación en la que se dio cuenta que tener a mujeres en el staff porque era el perfil más común de cliente. Basados en este análisis,  concluyeron que habían asumido que las mujeres no se querían movilizar geográficamente y por lo tanto eran percibidas como menos disponibles que los hombres, lo que coincide con algunos estudios de Alicia Kauffman en España.
Finalmente, respecto al acceso de la mujer a posiciones de management, también llamado segmentación horizontal ( Comités ejecutivos y Boards ) aunque Argentina estaba cerca del promedio de América Latina en 2015, ( con un 8% en los comités y 5% en los boards ) con una participación de un 7% y un 3% respectivamente, estaba por debajo del promedio y representaba los niveles más bajos de la región. Por lo tanto, es necesario poner más énfasis en la diversidad del management de arriba hacia abajo, a pesar de los logros alcanzados.

Cambio cultural
Como mencione anteriormente, estamos experimentando un choque de modelos, uno estrictamente relacionado a la administración y control respecto a otro más evolucionado que tiene que ver con la era de la colaboración, caracterizado por la innovación de abajo hacia arriba y las mujeres son claves para este proceso por sus capacidades naturales y por su nuevo rol en la economía.
El liderazgo es todavía una conversación, pero cambia en cuanto a quién habla, cómo, a quién, qué, dónde y cuándo. Esto requiere nuevas competencias y la resignificación de lo que significa el trabajo, lo que se presenta con límites físicos más difusos entre el trabajo y la familia.
Esta redefinición del trabajo requiere un rediseño. Entonces en esta nueva era si queremos ser innovadores, lo que debemos cambiar es lo que está debajo del Iceberg, todas las preconcepciones, lo que significa: cómo entiendo el mundo, cómo entiendo el trabajo y cómo entiendo la vida.
Sin embargo, creo que es importante mantener nuestra feminidad y algunas costumbres son buenas, tales como ser amable y tener buenos modales, ya que es importante para nosotras transmitir nuestro pensamiento crítico de una manera educada.
Algunos estudios dicen que las mujeres tienen que vestir similares a los hombres en el trabajo para ser exitosas en un ambiente laboral, ya que es una cultura dominada por los hombres y yo pienso que no sólo es contraproducente para ejercer nuestro liderazgo, sino que también va en contra de nuestra naturaleza femenina. No debería haber ninguna razón por la que no podamos ser nosotras mismas sin perder nuestras credenciales profesionales.
No pienso que las mujeres deban ser tratadas de manera diferente en términos de salarios o limitadas por ser madres dentro y fuera de sus casas. Hacemos mucho trabajo que los hombres no y tal como dije anteriormente, este es un problema sistémico que necesita otro entendimiento de la vida en esta nueva era económica.
En términos de Otto Scharmer, estamos experimentando un tiempo disruptivo en el que algo está terminando y muriendo y algo nuevo está queriendo nacer. Lo he podido ver en la marcha " ni una menos" en Argentina y como las redes sociales han influenciado la política en términos de más transparencia para cambiar el juego.
Sin embargo, queda mucho por hacer en términos de comunicación y campañas de marketing, dado que solo hay una marca de cuidado personal de una multinacional ( Dove )  que es Unilever y otra de la industria alimenticia (Ser), pero necesitamos más.
Pese a que la ley de talles ha tenido lugar en el Senado con recomendaciones hechas por AnyBody, este problema sistémico impacta en la cadena de valor de un sector que raramente presenta transparencia. Como podemos ver es un problema que tiene que ver con la pobreza y la explotación, con una mano invisible que no sólo no une oferta y demanda, sino que también tiene una tendencia a apoyar una economía con un modelo mental viejo, sin un punto de apalancamiento en términos de derechos humanos.
Esperamos que la ley 26.396 sea un complemento para ayudar a combatir esta epidemia que nos afecta a todos, hombres y mujeres, aunque esperar a que se cumpla no es, ni será suficiente sin una conciencia global de la importancia de estos temas y sus implicancias en la vida de las mujeres, sobre todo para, como bien menciona Nuria Chinchilla, mantener la ecología humana.

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